Transformando la Cultura Organizacional implementando Valores Corporativos.
Por: Gabriel Mijares
Desde hace mucho tiempo se ha reconocido la importancia que tiene la Cultura organizacional en el desempeño, bueno o malo, de una empresa… pero cambiar la cultura -lo que la gente piensa y cómo se comporta- no es una tarea fácil. Una forma en que las organizaciones pueden mejorar su cultura es estableciendo los Valores no-negociables que regirán el actuar de la organización, junto con una descripción clara de comportamientos observables que permitan articular los Principios y Creencias que quiere que todos en su organización compartan y demuestren en su actuar cotidiano.
La cultura de una Organización se compone de las creencias, valores y normas de comportamiento que comparten y demuestran las personas que integran la Organización. La cultura influencia la forma en que las personas se comportan y trabajan, y es un factor determinante en cómo la organización logra (o no logra) su plan estratégico.
La cultura determina lo que un colaborador debe considerar como un comportamiento adecuado en su interacción con sus compañeros. Influencia cómo los individuos, los equipos de trabajo y la organización como un todo ejecutan y gestionan su trabajo. En este sentido, ayuda a determinar la velocidad y eficiencia con la que las tareas deben ser realizadas. La cultura también ayuda a determinar qué tan receptiva o resistente será una organización para enfrentar el mundo VUCA (por sus siglas en inglés: Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) en que vivimos. En nuestra experiencia, consideramos que una cultura adecuada puede catapultar a la organización para tener éxito en ambientes de acelerada disrupción y de creciente volatilidad y ambigüedad.
El reto del cambio
Es vital tener una cultura organizacional adecuada -robusta y que promueva la excelencia-, pero cambiar la cultura organizacional es difícil y retador… hay varias razones:
- La cultura implica tanto formas de pensar como formas de actuar: Cambiar una cultura organizacional requiere cambiar tanto lo que la gente piensa como lo que la gente hace.
- La cultura incluye tanto procesos formales de trabajo como procesos informales (las reglas no escritas): Cambiar una cultura organizacional requiere algo más que sólo cambiar procesos y procedimientos.
- La cultura es compartida: no es propiedad de un solo estamento o colectivo, como la alta Dirección o el equipo de liderazgo; El cambio cultural requiere el involucramiento de todos.
- La cultura se refuerza a sí misma: Cada vez que alguien actúa de cierta manera, envía un mensaje inmediato y visible a los otros dentro de la organización.
En LUMISIS manejamos un enfoque y metodología propios para facilitar la evolución de la cultural organizacional, enfocándonos en los retos derivados de alinear los cuatro elementos que integran la filosofía de una Organización: el Propósito, la Visión o BHAG, los Valores y el estilo de Liderazgo.
¿Qué es el Propósito? Es la razón de ser de la empresa, el ‘para qué’ existe y el valor trascendente que le entrega a su mercado. Cuando el propósito es compartido, los colaboradores se involucran y comprometen.
¿Qué es el BHAG o la Visión? Es la descripción aspiracional sobre el estado ideal que la organización quiere alcanzar en el mediano y largo plazo. Se expresa como reto en términos de una BHAG (Big Hairy Audacious Goal).
¿Qué son los Valores? Son las creencias que definen el deber ser de una organización; sirven como brújula y dan personalidad a la empresa. En tiempos de ambigüedad e incertidumbre, los Valores son la brújula que te guía, indicándote lo que no es negociable.
¿Qué es el Estilo de Liderazgo? Es la descripción de las competencias blandas, expresadas en términos de comportamientos observables, que deben caracterizar el quehacer cotidiano de cada colaborador en la organización. Su vivencia, contrastada contra un estándar previamente determinado, hace parte de la evaluación del desempeño del colaborador.
Implementando los Valores – cómo “contagiarlos”
Una vez definidos los Valores, para ser debidamente implementados en la Organización es necesario llevar a cabo un proyecto que comprenda los siguientes elementos:
Liderar, Alinear, Comprometer y Mantener.
Liderar. El primer reto es asegurar que los líderes en la Organización se comprometan a implementar y promover los Valores modelándolos ellos mismos en sus propios comportamientos. Para ello habrá que explicarles y ayudarles a desarrollar las competencias blandas que la Organización quiere ver en todos sus líderes.
Alinear. El segundo reto es entender qué tan alineados a los Valores se encuentran los actuales procedimientos operacionales, e identificar los pasos a seguir para alinearlos (en caso de que algunos no lo estén).
Por ejemplo, el proceso de Evaluación del Desempeño debe dar tanta importancia al QUE se hace (logro de objetivos cuantitativos) como al COMO se hace (demostración de los comportamientos observables definidios).
Comprometer. El tercer reto es lograr en toda la Organización conciencia y compromiso para actuar conforme a los Valores, explicando el proceso de cambio en que se encuentra la empresa, y estimulando hacia la adopción de los nuevos comportamientos y formas de pensar. Lograr que la gente se dé cuenta, para que se quiera hacer cargo.
Mantener. Es necesario medir continuamente cómo los Valores son traducidos en acción cotidiana en la organización, a fin de asegurar que la cultura continue mejorando y que los resultados esperados de la transformación cultural se estén dando.
Un proceso retador pero provechoso
Implementar Valores en la Organización es un proceso complejo y retador. Requiere esfuerzo continuo de toda la Organización, esfuerzo que debe continuar aun mucho después de que la implementación inicial se haya completado. Esto pudiera lucir como muchísimo trabajo a realizar, pero la consecuencia será una sólida y permanente cultura, orientada al Propósito de la Organización, creadora de ventajas competitivas y valor para sus stakeholders, que logra sus objetivos y estrategia de largo plazo en este mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo que nos toca vivir.
Trabajar en equipo no implica ser iguales, se trata de alcanzar metas juntos. ¡ #YaEsHora !