¿Cómo armar un presupuesto en medio de la incertidumbre?
Por: Amenoffis Acosta
Conforme se acerca el fin de año, todas las organizaciones se ven en la necesidad de armar su presupuesto del siguiente año. Las más profesionales, lo hacen de manera armónica con su Plan Estratégico.
Sin embargo, mucho del contenido de un buen presupuesto tiene que ver justo con eso, con presuponer lo que nos depara el destino, tarea difícil en ambientes de volatilidad e incertidumbre. En el ejercicio hay que balancear lo que se espera ingresar con lo que se necesita erogar, para efectos de los ingresos las empresas navegan un ejercicio de estira y afloja en el que unos quieren llevar las ventas a la estratósfera (los accionistas), mientras otros quieren jugar a proyectar números prudentes o conservadores (los ejecutivos encargados de alcanzarlos). En las instituciones públicas o no lucrativas, el ejercicio es aún más retador, ya que muchas veces una gran parte de sus ingresos vienen de terceras partes, a quienes no controlan y de quienes dependen según su voluntad.
El cálculo de los Egresos es en algunos casos simplista e inercial, cuando se establece solo con base en datos históricos, cálculos inflacionarios y algunos supuestos base. Los cálculos mejor elaborados son aquellos que se hacen con base a una estrategia, en la que se determina, sobre todo, en dónde se va a invertir, en dónde se hará la diferencia y también que iniciativas dejaremos de respaldar en el siguiente periodo.
Este proceso, que es por sí mismo retador y complejo, se exacerba aún más cuando la incertidumbre arropa el ambiente, cuando la volatilidad nos impide ver la película completa, y en donde predecir parece más un acto de azar que de método. Sin embargo, financieros de todo el mundo han hecho presupuestos por años en estos ambientes, a los que denominan VUCA; por sus iniciales de Volatilidad (Volatility), Incertidumbre (Uncertainty), Complejidad (Complexity) y Ambigüedad (Ambiguity).
Pero ¿cómo lo hacen?
- Lo primero es dejar claras dos cosas:
¿Qué estamos queriendo lograr? ¿hacia dónde vamos?
Para poder respaldar presupuestalmente aquello que nos acerca a la meta.
¿Cuáles son nuestros valores centrales?
Para dejar claro qué principios vamos a defender y practicar, no solo mientras ejecutamos el presupuesto, sino además mientras ejecutamos la estrategia en su conjunto.
Dejar sin presupuesto el propósito o darle la espalda a la estrategia, presupuestalmente hablando, es como matar a la organización misma.
- Lo segundo es aclarar lo aclarable, buscar el mayor entendimiento posible.
Lo sé, hay volatilidad en el ambiente, hay cosas que no puedo predecir, pero también es cierto que hay cosas que sí se, y debo centrarme más en lo que si controlo, anticipo y veo, que en aquello que no.
La buena práctica es que este entendimiento tiene que venir preponderantemente de datos duros, de información real y no de supuestos o feeling que escuchamos en un café o en las redes sociales.
- Necesitará claridad, coordinación y coraje.
Claridad de aquello que quiero, de aquello que controlo, de aquello que va y aquello que no va.
Coordinación impecable para ser más eficiente, más productivo y sobre todo más preciso.
Coraje para enfrentar la adversidad, pero sobre todo lo emergente (aquello que sucede y que no estaba previsto), un presupuesto que no considera lo emergente es un presupuesto que no reconoce el mundo VUCA en el que se desarrolla.
- Finalmente, agilidad y conciencia.
Ante la incertidumbre, muchas personas y organizaciones tienden a congelarse, a bajarle el ritmo, a hacerse pequeños. Nada peor a hacer en ambientes VUCA, en estos momentos es indispensable ser ágil, si decides, ejecuta, con potencia, con sentido de urgencia.
…y mientras lo haces busca incrementar el nivel de conciencia de todos en la organización, de qué se está queriendo lograr, de qué valores nos regulan, y de todo el entendimiento posible del partido que estamos queriendo jugar. Una organización inconsciente es como un toro en cristalería, y el margen de error en el mundo VUCA es más estrecho, hay que sacar lo mejor de todos en todos los niveles.
Es momento de liberar el potencial que hay en tu persona y en tu organización.
Posponer no significa ganar tiempo, es en realidad perderlo. ¡ #YaEsHora !