Aprendizajes COVID
Para tu salud y para tu negocio.
Por: Amenoffis Acosta
Recientemente me contagié de COVID-19, voy en mi día 18 y aunque aún no es prueba superada veo con ánimo la evolución que estoy teniendo.
El proceso sin duda me ha puesto a reflexionar en serio, y a lo largo del mismo he podido extraer algunos aprendizajes que quizá puedan serte útiles en algún momento.
1. Falsa seguridad
El primer aprendizaje es sin duda la “falsa seguridad” que tuve, y cómo la construí con cuentos en mi cabeza, es pensarse inmune o lejos por tomar ciertas medidas de precaución. Según los cuentos que me cuento he sido sumamente prudente, precavido, pero me di cuenta que todas esas medidas no alcanzaron para evitar el contagio.
Siendo más crudo en la revisión corrí algunos riesgos, baje en ocasiones la guardia y me sentí tranquilo con ciertas personas.
Revisa que no te pase lo mismo, sobre todo con el negocio, el ambiente pandémico sigue ahí afuera, tanto tu persona como tu negocio son susceptibles de tener un impacto, no bajes la guardia.
2. Poner atención a las señales
Empecé con síntomas la noche de un lunes para amanecer el martes, algunos aparentemente conocidos pero, al observarlos con detalle totalmente nuevos. A todos nos ha dolido alguna vez la cabeza o el cuerpo, quizá hemos tenido fiebre, y aunque los síntomas parecen habituales son sutilmente diferentes, las sensaciones no son las mismas y el impacto en el organismo tampoco.
Piensa en tu negocio, quizá siempre ha costado trabajo alcanzar las ventas, mantener la rentabilidad, alcanzar el punto de equilibrio, ejecutar la propuesta de valor; pero reflexiona si la dificultad es diferente, es probable que estés intentando abatir síntomas similares a los conocidos sin éxito porque en realidad son otra cosa.
Es momento de poner más atención al detalle y separar lo conocido de lo nuevo.
3. Pruebas, datos, afirmaciones
Sin duda empezaron los dimes y diretes, las opiniones de todo el mundo, que si tienes, que si no tienes, que si debes o que si no debes, que es algo grave o no pasa nada. Las percepciones solo son eso, percepciones, hay que ir al dato duro, hay que ponerle confianza a la técnica, a la ciencia, a la experiencia.
En mi caso tuve un inicio del padecimiento aparentemente fácil, pero por dentro cosas pasaban, fue hasta que los doctores me hicieron pruebas exhaustivas que encontramos los verdaderos problemas. Recuerda que puedes sentirte bien o medio bien, eso no significa que eso es lo que en realidad sucede.
No te quedes solo con tu percepción para considerarla realidad en el negocio, mide, evalúa, revisa. El COVID es un enemigo silencioso y mientras no te das cuenta algo puede estarse descomponiendo sin que siquiera lo notes.
4. Escuchar diferentes voces
Sin duda el mayor acierto fue rodearme de un equipo multidisciplinario, el Neumólogo, el Internista, hasta el Neurocirujano. Cada uno desde su especialidad y experiencia ha aportado algo significativo para mi recuperación, cada uno (pudiera decirlo sin titubear) me ha salvado la vida en más de una forma.
Piensa que si solo escuchas a la gente que piensa como tú el panorama esta muy incompleto, abre la mente y la escucha a otras opiniones y puntos de vista. No es fácil escuchar lo que no quieres escuchar, pero si te das cuenta te puedes hacer cargo, no hacerlo es perder por adelantado.
Sin duda el reto es organizar un conversatorio diverso, pero si se puede. El reto es grande y solo se resuelve en equipo, nunca en solitario.
5. Tener paciencia y estilo
Al iniciar el padecimiento escuché un sin número de pronósticos con base al tiempo, y me hice a la idea del tiempo que me llevaría sanar, voy en el día 18 y aún no salgo. He caído en cuenta que mi ritmo es mi ritmo y mi organismo está en lo suyo, debo darle su tiempo.
Recuerda que no puedes empujar el río y a veces las cosas no van como quisiéramos, desesperarse no resuelve nada. Recientemente por ejemplo le cancele un contrato a un proveedor, a alguien que vengo contratando ininterrumpidamente por 15 años, hizo el gran espaviento, perdió el estilo y, en lugar de dejarse las puertas abiertas para ser recontratado cuando se pueda se aseguro de cerrárselas para siempre ¿qué ganó me pregunto yo?
Recuerda que lo único que no puedes perder es tu prestigio. Ten paciencia y mantén tus relaciones sanas.
6. Acepta la Ayuda
A lo largo de estos días he tenido la bendición de recibir ayuda de muchas personas, desde algo tan importante como una máquina de oxigeno, hasta una dona, un pastel o un mensaje de aliento. Todo suma. En la adversidad no hay que poner el orgullo por delante, hay que agradecer la posibilidad de estar acompañado, en lo simple y en lo complejo.
¿De qué te sirve contar con una red de soporte si no se usa? En el trabajo por ejemplo, todos mis deberes los han hecho estos días otras personas, mis colegas y socios que mantienen el ritmo de trabajo, y me rescatan una vez más sin regateos.
7. Salir re diseñado
Finalmente, las crisis y las dificultades deberían tener alguna propiedad emergente, algo bueno que salga de ahí. Pero esas ganancias no salen en automático, hay que buscarlas, diseñarlas y construirlas. Creo que es nuestro deber salir re diseñados de cada reto, en una mejor versión de nosotros mismos.
Tu negocio sin duda también es susceptible de mejoras, estoy seguro que ya hay cosas que sobran y hay cosas que sin duda faltan.
Recuerda que posponer no significa ganar tiempo, es en realidad perderlo. #YaEsHora